Ferreras de Arriba

Después de pedir permiso al alcalde o alcaldesa para comenzar su recorrido y una vez autorizados por éstos, seguido del repiqueteo de las campanas, comienza la representación de estos cuatro personajes: la filandorra y el diablo como los feos y la madama y el galán como los guapos.
Estos personajes se dirigen calle por calle y casa por casa a felicitar las fiestas a las vecinas y vecinos del pueblo, adentrándose en primer lugar los feos, simbolizando el peligro por la entrada del mal en la morada. Después entran los guapos. Al salir, salen primero los feos y a continuación los guapos, simbolizando la derrota del mal y el triunfo del bien sobre éste.

Al entrar el galán les pone su sombrero a los dueños de la casa y los felicita, se mantiene la costumbre de entrar con respeto en aquellas casas en las que ha fallecido alguno de sus miembros durante ese año, para ello, el diablo quita su máscara y la deja a la puerta, e impiden que suenen los cencerros, sujetándolos con las manos. La representación dura mañana y tarde, sólo interrumpida por la comida, que hacen juntos los participantes. Al recorrer las casas o si tropiezas con ellos en la calle te embadurnan la cara con un tizón, es la curiosidad de esta mascaradada, todo el público verse “tiznado” y es que durante todo el recorrido que efectúan estos personajes por el pueblo son perseguidos por niños y personas jóvenes que les provocan. Cuando alguno de ellos es cogido por alguno de los personajes, le golpean y les bailan, al son de las castañuelas de la madama y el galán y al sonido de los cencerros de la filandorra y el diablo.